Ruta Cabo de Gata:
la esencia mediterránea más vetusta.
En el litoral almeriense de poniente se ubica Cabo de Gata, un parque natural de míticas playas y de gran belleza gobernado por pequeños pueblos de tradición marinera. Su poder reside en el empeño de sus habitantes por conservar su carácter y su encanto frente a un turismo alborotador que amenaza con perturbarlo como la pisada de un Goliat. Esta ruta pretende recorrer las poblaciones que lo conforman para respirar sus paisajes, su artesanía y las ruinas de un alegórico pasado.

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Cabo de Gata. Este pequeño pueblo simboliza la puerta de entrada a este Parque Natural declarado por la Unesco como Reserva de la Biosfera. Sus playas son consideradas como de las más hermosas de toda la cuenca mediterránea, con una gran cantidad de especies autóctonas de flora y fauna. La zona contiene un rico legado histórico y cultural de antepasados fenicios, romanos y árabes.
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San José. San José representa a una pequeña aldea de pescadores convertida en el principal núcleo turístico de la zona. Posee un paisaje bellísimo de magníficas playas como la de los Genoveses y la ensenada de Mosul.
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Rodalquilar. Antiguo pueblo minero, abandonado durante largo tiempo, Rodalquilar resucitó de sus cenizas para convertirse en un punto muy apreciado por los turistas. En sus alrededores se encuentra un sendero que conduce al cortijo del Fraile, famoso por ser el escenario donde tuvo lugar la historia relatada por el poeta Federico García Lorca en su obra teatral Bodas de Sangre.
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Las Negras. Pequeño pueblo de apenas 300 habitantes, su nombre procede del color oscuro de las piedras que conforman sus playas y de su cercana ubicación al Cerro Negro, una montaña que se alza dominante frente a su pequeño puerto.
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Níjar. De origen árabe, esta hermosa población cuenta con un casco antiguo que conserva la esencia del urbanismo musulmán.
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Carboneras. Villa marinera que cuenta con hermosas playas como la popular Algarrobico, de más de un kilómetro de longitud.
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Mojácar. A los pies de una antigua fortaleza morisca se encuentra Mojácar, también conocida como la "Ibiza peninsular". Su esencia es notablemente árabe con dos zonas bien diferenciadas: un casco antiguo alejado de las playas y un núcleo urbano que ha crecido en torno a éstas. Como curiosidad, en una de sus fachadas se puede visualizar el Índalo, la figura de un hombre sujetando un arco iris que es reconocido por sus habitantes como defensor y protector del mal de ojo.



"...Y así se nos pasa el tiempo
sin más prisas que las justas.
Sintiendo que aquí la vida
va más despacio y no asusta".
(Gabriel Vilad Calatayud).